domingo, 28 de marzo de 2010

La Visita



Déjame entrar Señor que tengo prisa…;
que he de volver a un mundo apresurado,
inmerso en la ambición y en el pecado,
huérfano de la luz y de la risa.

Déjame entrar que mi dolor precisa
hacer un alto en el camino andado;
porque tengo, Señor de tan cansado,
el gesto vago y la virtud remisa.

Déjame entrar Señor sólo persigo
pararme un rato, recobrar la calma,
pensar un poco y dialogar Contigo.

Soy el mismo de ayer tu viejo amigo
déjame entrar a confortarme el alma
luego, Señor cuando queráis… prosigo.
A. Trujillo Téllez

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