sábado, 15 de octubre de 2011

Día del Domund

La Jornada Mundial de animación misionera (DOMUND) que se celebrará el domingo 23 de octubre, ha de motivarnos a una esfuerzo por calibrar en qué medida colaboramos con la promoción del proceso del desarrollo humano integral. El precepto cristiano del amor al prójimo exige el cumplimiento de la justicia: amar a los otros como a sí mismo y dar al prójimo lo que es suyo. Toda injusticia, toda miseria y todo postergamiento deben ser reparados y eliminados en el sentido de los diez mandamientos y del sermón de la montaña. Recordemos el contenido de un texto del Concilio Vaticano II:

Foto: http://www.diocesisdetlaxcala.org.mx/DOMUND2011.png



“El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico (…) Nosotros no aceptamos la separación de la economía de lo humano, del desarrollo de las civilizaciones en que está inserto (…) en los designios de Dios, cada hombre está llamado a desarrollarse, porque toda vida es una vocación” (Populorum Progressio nn. 15 – 15).

Por eso, insistimos, sería del todo óptimo que ante esta nueva jornada eclesial destacaremos algunos de los problemas con que se encuentra hoy la ayuda al desarrollo:
a) El desarrollo diferenciado del mundo: en los países subdesarrollados predomina la estructura agraria, al escasa industrialización, una baja renta y menor nivel de vida. A un consumo elevado se contrapone una baja cuota de inversión; de resultas de un sistema escolar deficiente hay numerosos analfabetos; una menguada asistencia sanitaria da lugar a un gran número de enfermos y un elevado índice de la mortalidad infantil.

b) La ignorancia, que va de la mano de la indiferencia por conseguir un desarrollo sustentable.

c) La distancia: entre países pobres y ricos. El 34% de la población mundial goza de un 87,5% del producto nacional bruto. El 66 % restante sólo disfruta del 12,5% del mismo.
Se nos pedirán ayudas solidarias y económicas. Conviene que seamos generosos. Pero, no olvidemos que las limosnas para remediar la miseria y la pobreza, aún cuando representan una necesidad efectiva e incondicional sólo son una ayuda pasajera. En este sentido, serán más decisivos los programas a largo plazo de ayuda financiera y personal al desarrollo: sistema de escuela obligatoria, formación en escuelas profesionales, contacto recíproco, satisfacción de los derechos de la persona humana, coordinación internacional…

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