miércoles, 25 de enero de 2012

DIOS TE SALVE





Bien lo recuerdo,
entraste en mí lo mismo que una tromba
de lluvia inesperada o como un ángel
con todos los permisos para anunciar la luz.
(Las madres viven cerca de los ángeles y cerca de la sed
que agarrota la garganta de los campos)
Entraste torrencial mientras las fuentes recitaban Dios te salve
y todas las campanas del mundo repicaban al Ángelus.
Bien lo recuerdo,
eres como un viento muy suave que entorna los postigos.
(Musitaban las madres: Este hijo, este hijo.
Qué será de este hijo cuando remita el tiempo
la costumbre de amanecer temprano.
Fervorosas rezaron: Ave, María.
Tan parecidas a los ángeles de las Anunciaciones.)
Era que la gracia nos ponía
ante la madrugada. La Mujer, tan clarísima
en medio de lluvia,
iba a su oración y sus silencios

Valentín Arteaga

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