María. Tú amas, Dios te ama,
nosotros te amamos.
nosotros te amamos.
CORAZÓN: El lugar donde lo guardabas
todo: lo hermoso y lo difícil, lo agradable y lo no tanto. El nacimiento en
Belén, la sonrisa del Niño, las inquietantes palabras a los doce años en el
Templo, la muerte de José, la marcha de tu Hijo a predicar, las críticas y comentarios
de las vecinas por la misión de tu Hijo, las visitas a Nazaret, los diálogos
cariñosos con Jesús, la institución de la Eucaristía, la Cruz, las palabras que
sólo Dios y Tú saben que se dijeron el domingo de Resurrección. Todo lo
guardabas y lo meditabas en tu corazón. María, la del Corazón Meditante,
permítenos tener un corazón tal que pueda recibir y rumiar cada acontecimiento
de nuestra vida, tal y como lo hiciste Tú. Amén.
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