Del 23 al 25 de marzo hemos celebrado cursillo, no uno más simplemente, sino uno nuevo.
Han sido doce los cursillistas que nos acompañaron. El tiempo compartido se ha desarrollado en un clima de gran fraternidad y comunión. Han sido días de encuentro, de reflexión, de dejar atrás y seguir hacia adelante, de dar y recibir, de hablar y estar en silencio, de mirar a nuestro interior y dejarnos mirar por Cristo.
A modo de resumen ofrecemos algunos de los testimonios que intentan reflejar los sentimientos ante la experiencia vivida:
" Me llevo mucha esperanza, el cariño, el haber compartido...la satisfacción de descubrir que Jesús me busca a mi”
"Voy cargada de energía y espero saber compartirla"
" Un avance para mi fe"
" Me
llevo mucho y dejo
bastante de mi. Soy abierta, pero desconfiada y quiero dejar atrás la mala costumbre
de desconfiar y juzgar a los
demás"
"Alegre de haber estado y compartido, esto me reconfortó y poco a poco iré asimilando lo vivido"
"Entré "disminuida" (no por las muletas). Salgo crecida. Me
ayudasteis a ver que en el mundo también hay muchas cosas buenas y estoy
convencida de que mejorará."
"Me llevo mucha paz interior."
"¿Qué más puedo decir que haber encontrado a Cristo?"
Había en el cursillo distintas personas, distintas circunstancias de vida y de fe pero si en algo se coincidía era en manifestar con palabras y actitudes que el Amor de Dios se dejó sentir de forma especial y llenó nuestros corazones.
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