El movimiento de Cursillos de Cristiandad es un movimiento de Iglesia, que mediante un método propio pretende posibilitar una vivencia con Cristo y una experiencia comunitaria del fundamental cristiano. De este modo crea grupos de cristianos que son el fermento evangélico de los ambientes, ayudando a realizar la vocación personal de cada uno de nosotros.
Logotipo del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en España
Este movimiento de la Iglesia fue una idea que afloró en torno a 1940, y fue madurando hasta 1948 en Mallorca, en los círculos de Acción Católica, deseosos de profundizar, en un entorno comunitario, en el mensaje cristiano para transmitirlo a los demás. Después de la guerra civil española y de la segunda guerra mundial, imperaba la necesidad de una restauración de la conciencia del cristiano como apóstol, recordando la invitación de Pío XII de crear un mundo más humano y cristiano. En este sentido se venia trabajando y preparándose Acción Católica en toda la década de los cuarenta.
Durante la peregrinación de 100.000 jóvenes de Acción Católica a Santiago en el Año Santo de 1948, los organizadores se interesaron en hacer comprender la necesidad de vivir la Gracia de Dios, y volverse auténticos portadores de Cristo y de su anuncio de salvación del mundo. Al regreso de la peregrinación el consejo diocesano de Acción Católica de Palma de Mallorca, bajo la guía de Mons. Juan Hervás y Benet, sintetizaron un método eficaz para transmitir a vivencia del Evangelio.
Del 7 al 10 de enero de 1949 se desarrolla el primer cursillo de cristiandad en el monasterio de San Honorato en Mallorca. En los años siguientes los Cursillos se difundieron rápidamente en varias parroquias de España, recogiendo resultados inesperados. La reflexión sobre la persona de Cristo y su presencia tras reunirse en su nombre, el vigor de la Gracia y la participación en fraternidad, encendieron la conciencia del sentido de la existencia cristiana y el imperativo apostólico.
Con estos conceptos iniciales se propagó el movimiento y su método del cursillo a todas las escalas de la sociedad. De esta forma se engrosó con personas que profundizaban en el conocimiento del mensaje evangélico para testimoniarlo en su propia vida, colaborando más activamente con la misión de la Iglesia.
A partir de 1953 el movimiento se propago por toda España y por el extranjero, sobre todo después de que Pablo VI, le nombrase por patrón a San Pablo. Actualmente los Cursillos están presentes en 70 países de todo el mundo, y se calcula que participaron en el al rededor de 45 millones de personas.